Uno de los principales
elementos de la seguridad computacional es la criptografía, la cual precede a
la computación por unos cuantos milenios.
Esencialmente, la criptografía
se usa para asegurar comunicaciones para evitar que terceros no autorizados sean
capaces de entender la información encriptada.
La criptografía moderna consta
de varios elementos: funciones hash seguras, sal, llaves.
¿Qué
es una función hash segura?
Una función hash toma
elementos de un conjunto a otro. Es decir, tomamos un valor h y obtenemos su
valor hash f(h). Para ser considerada segura, debe de ser difícil (en el
sentido de costo computacional) encontrar h si tenemos f(h). Esto hace que la
información “hasheada” sea muy difícil de descifrar por alguien no autorizado.
Aunque hay muchas funciones
que antes se usaban, debilidades se han encontrado en muchas de ellas (ejemplo).
Incluso con una función de
hash fuerte, esto todavía no protege contra ataques de diccionarios o tablas arcoíris.
Esto nos lleva al siguiente aspecto.
Sal
Sal es un valor aleatorio que
se agrega al hash para fortalecer la seguridad de esta misma. Esto ayuda contra
los ataques previamente mencionados, asumiendo por supuesto que el valor es lo
suficientemente aleatorio.
Con todo, surge la pregunta
obvia ¿Cómo recuperamos la información una vez que está encriptada?
Llaves
Las llaves son lo que permite
a los usuarios recuperar la información que esta encriptada. Existen varios
modelos usados para lograr esto: llaves simétricas y asimétricas.
Llaves simétricas consisten en
que aquellos que están autorizados para leer un mensaje encriptado tienen la
misma llave para recuperar el mensaje. Esto tiene como principales
complicaciones que la llave representa un riesgo en caso de pérdida o robo, ya
que esto compromete todo el sistema de encriptación.
Con llaves asimétricas, cada
usuario tiene 2 llaves, una llave pública distribuida y una llave privada que
es secreta. Con la llave pública se encripta un mensaje y sólo con la llave
privada correspondiente se puede recuperar el mensaje.
Muy buen inicio de contexto, me mató la foto de la sal jaja
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