Las contraseñas son un fastidio para cualquiera, así que no debería ser sorprendente que la mayoría de personas usa contraseñas excesivamente débiles y que usan la misma contraseña para múltiples cuentas en diferentes servicios.
Contraseñas débiles son un problema de seguridad crítico en cualquier sistema computacional. Contraseñas demasiado cortas son susceptibles a ataques de fuerza bruta y contraseñas demasiado comunes son débiles a ataques de diccionario. No importa que tan seguro sea un sistema si la contraseña se puede adivinar fácilmente.
Otro problema común es el uso de contraseñas por default en dispositivos como puntos de acceso o cámaras IP. La gran mayoría de personas ni siquiera sabe como ingresar a la configuración de sus puntos de acceso de su red Wi-Fi del hogar, mucho menos que deberían cambiar la contraseña por default con la que vienen estos dispositivos. Estos dispositivos tienen contraseñas que son fácilmente encontradas con una simple búsqueda por modelo y fabricante.
Ahora pensemos en el ámbito laboral, en donde generalmente se tienen políticas sobre la fuerza que debería tener una contraseña de los usuarios de servicios corporativos como el correo electrónico. Una política que se imponga a los empleados de una empresa puede causar que los usuarios elijan contraseñas demasiado débiles que cumplan con las políticas de la empresa de manera mínima, y/o que las guarden en lugares inapropiados, cómo escritas cerca de su lugar de trabajo.
¿Qué podemos hacer como usuarios para fortalecer nuestras contraseñas? Para empezar, no reusar contraseñas en diferentes sitios Web, que tengan suficiente longitud y que mezclen todos los tipos de carácteres. Sin embargo, para de verdad tener contraseñas seguras y no tener que recordar unos monstruos de contraseñas administradores de contraseñas que hagan esto por nosotros puede ser una mejor opción. Lo que es seguro, no uses "password" o "123456" para tu cuenta de Facebook.
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